Seguro que alguna vez te ha pasado que llega tu cumpleaños y tienes la esperanza de que tus amigos monten una fiesta sorpresa que jamás llega o luchas por un ascenso en tu trabajo que terminan dándoselo a otro provocando que esto influya en nuestro niveles de felicidad. Esto entra dentro de las expectativas porque cuando las tenemos bajas, nos mantenemos bien pero al ser altas la caída en la desilusión puede llegar a ser más fuerte.
Esta semana Upeka estrena programa donde analizan todo sobre las expectativas y como siempre Anne Igartiburu, Vai y Raquel Mascaraque van a estar al pie del cañón con una invitada reina en las RR.SS: Teresa Gareche. Nuestra vida está casi marcada por las expectativas ya que llegan incluso a ser una motivación para conseguir ciertas metas y están presentes en todo tipo de aspectos que se ven influenciados por características. A nivel laboral por ejemplo, no tenemos todas las herramientas en nuestras manos ya que están influenciadas por miles de factores que no podemos controlar. No siempre tiene que ir todo como pensamos y debemos aceptar que nuestro esfuerzo tiene un valor independientemente de cómo lo tomen los demás.
El amor también tiene sus expectativas ya que cuando conocemos a alguien para iniciar una relación, nuestra mente se imagina un proceso con unas características exactas que, si no se cumplen, terminan por desencantarnos y romper con esa persona. Muchas veces no nos dejan disfrutar del proceso y no es malo si no cumplimos con casa aspecto soñado pero aun así encontramos la felicidad.
Por ser mujer la sociedad nos impone unos ciertos propósitos que solo por nuestro genero deberíamos alcanzar para sentirnos suficientes: ser madres, cuidar, tener una alta limpieza...etc. Además, el paso de los años está peor visto en el mundo femenino y siempre se valora poder mantenerse joven con un buen aspecto a pesar de que a los hombres no se les pide nada similar. Ese famoso reloj biológico nos mete prisa para tener todo hecho antes de los treinta y nos castiga con frases machistas como "se te va a pasar el arroz" o "calladita estás más guapa" provocando que cada vez más mujeres quieran ir contra estos estereotipos tan arcaicos.
No todo el mundo tiene expectativas y eso no quiere decir que no somos ambiciosos con el futuro ya que se puede compensar con ser realista y aceptamos de forma inconsciente que hay cosas que no podemos evitar. Aunque no es lo mismo, las metas van ligadas con dichas expectativas ya que si tenemos objetivos ambiciosos podemos decepcionarnos si no se consiguen.
Sin duda nosotros ya vamos a tener muy claras nuestras expectativas a partir de ahora. Y tu, ¿Cuáles tienes en mente?
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