Ahora que llega el verano y que apetece una base mucho más ligera de lo normal es cuando las hidratantes con color hacen su agosto entre las consumidoras. Entre ellas una de las mejor consideradas es la de Laura Mercier, marca de la que ya hablamos en Arrebatadora y que es todo un referente en maquillaje. Según su publicidad esta hidratante oil free está especialmente formulada para pieles con tendencia al acné, sensibles o grasas, lo cual ya es una novedad, puesto que a lo máximo que llegan otras firmas cosméticas es, simplemente, a dejarlas sin ningún tipo de aceites. Pero de ahí que estén formuladas precisamente para pieles con problemas hay un abismo.
Tiene un factor de protección 20 y además se puede aplicar o bien muy leve, que apenas te da un colorcillo, o sobre dicho velo aumentar la aplicación hasta el efecto deseado, con lo que cubrirá las imperfecciones en la medida que nosotras queramos. Llevo unos días usándola, después de que una amiga me trajera una pequeña muestra, y tengo que decir que me siento muy sorprendida porque no parece una hidratante con color, sino un maquillaje. Y lo digo en cuanto a cobertura, durabilidad y sobre todo en cuanto al cuidado que tiene con la piel.
La mayoría de las hidratantes con color que he usado me daban algún tipo de problemilla: o bien te resecaban o bien te daban granitos, o tenías brillos a los diez minutos. Esta, sin embargo, no provoca nada de lo anterior y te deja la piel tal y como tú quieres. Es más, su poder de hidratación es tal que, si no tienes la piel seca, puedes hasta saltarte la hidratante. Lo único que no me gusta es el precio.
